El video del autodenominado Estado Islámico (EI) que supuestamente muestra a un soldado jordano mientras es quemado vivo reabrió el debate sobre los avances y los límites de la guerra que una coalición internacional lidera contra ese grupo.
Las imágenes de un hombre en una jaula y en llamas no pudieron ser verificadas de manera inmediata, aunque se ha argumentado que corresponden a Moaz al Kasasbeh, quien fue capturado por EI cuando su avión cayó en Siria, mientras participaba en una misión de apoyo a la coalición.
Esta noticia llega días después de que se informara de la decapitación del rehén japonés Kenji Goto, que llevó a las autoridades de ese país asiático a anunciar que aumentarían su apoyo a las naciones que combaten al grupo principalmente en Irak y en Siria.
Y se produce a pocos días de un complejo ataque en la capital libia, Trípoli, que fue realizado por militantes leales a Estado Islámico y que llevó a analistas a discutir cómo el alcance del grupo está creciendo en el norte de África.
Al mismo tiempo, sin embargo, EI perdió una batalla importante en la localidad fronteriza siria de Kobane cuando fuerzas kurdas retomaron el control la semana pasada con ayuda estadounidense.
Durante varios meses, Kobane se había convertido en un punto clave de la batalla, la zona a donde Estados Unidos había dirigido buena parte de sus ataques aéreos.
Capacidad de reclutamiento
Los eventos recientes muestran claramente cómo las acciones de Estado Islámico todavía tienen una capacidad de impacto considerable en los países que conforman la coalición, así se esté hablando menos sobre el tema que cuando inició la guerra.
Sus actos violentos, las decapitaciones y amenazas, siguen teniendo el claro objetivo de enviar un mensaje político a Washington y sus aliados y generar conmoción.
Y en el caso de al Kasasbeh, también envían un mensaje de carácter militar, pues a diferencia de la mayoría de los rehenes decapitados, en su mayoría civiles, el piloto participó en las operaciones de la coalición.
Así mismo, Estado Islámico todavía tiene una fortaleza considerable en los países donde opera. Algunas estimaciones sugieren que controla un tercio de Irak y Siria, además de los grupos leales que tiene en países como Libia.
"No hemos podido desplazarlos de cantidades significativas de territorio", le dice a BBC Mundo Thomas Sanderson, codirector del proyecto de amenazas transnacionales en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), una institución de análisis en Washington.
Sanderson agrega que se ha incrementado el número de combatientes extranjeros que se vinculan al grupo: de 15.000 hace unos meses a 19.000.
"El influjo de combatientes extranjeros del mundo árabe y más allá es una prueba de la fortaleza de la contra-narrativa de EI y su habilidad para convertir soldados de a pie en máquinas de la muerte leales, listas para dar su vida por el grupo", le dijo en enero a la BBC Fawaz A Gerges, profesor del London School of Economics and PoliticalScience.
Guerra de largo aliento
El gobierno de Estados Unidos reconoció este martes que Estado Islámico tiene una "habilidad" para reclutar y admitió que será un problema de largo aliento para la guerra.
"Sí sabemos que son capaces de convocar a más personas para combatir", dijo el secretario de prensa del Pentágono, el contralmirante John Kirby. "Y hemos estado diciéndolo desde el comienzo, por lo que seguiremos comprometidos con esto a largo plazo. Será una pelea a largo plazo".
Pero esto no significa necesariamente que el grupo yihadista esté ganando la guerra.
De hecho, Estados Unidos considera que ha avanzado considerablemente desde que comenzaron sus operaciones el año pasado.
En su reciente discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Obama dijo que su país está deteniendo el avance de EI, liderando la coalición y apoyando a una oposición moderada en Siria para derrotar al grupo.
Funcionarios estadounidenses recientemente también vieron con buenos ojos que las fuerzas kurdas retomaran el control del 90% de Kobani.
El Comando Central del ejército, que lidera las operaciones en Irak y Siria, dijo que si bien la guerra está lejos de terminar, "el fracaso de EI en Kobani les ha negado uno de sus objetivos estratégicos".
Y esta semana explicó que la capacidad de Estado Islámico se ha degradado y su ímpetu está siendo frenado.
"La creciente tenacidad de las fuerzas anti Estado Islámico, así como los ataques aéreos de la coalición, han degradado la habilidad de EI de comandar y controlar fuerzas, reclutar, entrenar y retener combatientes, producir ingresos de la venta del petróleo y mantener su moral", dice el comunicado.
Pero los mismos funcionarios consideran que, tras siete meses de operaciones, todavía les falta mucho camino para vencer al grupo.
Kirby dijo la semana pasada que la guerra puede durar entre tres y cinco años.
Y los expertos consultados por BBC Mundo coinciden en que no será fácil y por el momento no hay un ganador.
"No podemos ondear la bandera de la victoria sólo porque un pueblo ha sido liberado", dice Thomas Sanderson.
y Jonah Blank, analista de la Corporación Rand, un centro de estudios con sede en California, dice que por el momento hay un empate.
"En el campo de batalla no hay ningún ganador ni perdedor claro", concluye.