Desde siniestros asesinatos victorianos hasta despiadados crímenes de las bandas en los años 60 cuyos perpetradores pensaron que se habían salido con la suya.
Estas son las pruebas que ayudaron a resolver una decena de crímenes famosos.
Los objetos provienen de los archivos de New Scotland Yard, la policía de la capital británica, y se exponen en el Museo de Londres.
Las piezas son protagonistas de grandes historias que tuvieron víctimas reales, recuerdan los curadores de la exposición, Jackie Keily y Julia Hoffbrand.
1. La pala del doctor Crippen
"Esta es la pala que usó el doctor Hawley Harvey Crippen para enterrar a su segunda esposa Cora, a la que había matado en su casa en Holloway, en el norte de Londres", le explica Julia Hoffbrand a la BBC.
El apellido Crippen es conocido en los anales de la historia criminal británica.
"El caso tenía todos los elementos para cautivar la atención del público en aquel momento", dice Hoffbrand.
Crippen era un médico homeopático y su segunda esposa, Cora, una cantante que actuaba bajo el nombre de Belle Elmore.
Tras la muerte de Cora, Crippen intentó evitar su detención escapando en un barco con destino a Canadá. Iba acompañado de su amante, Ethel Le Neve, disfrazada de niño.
"Se lanzaron alertas para capturar a Crippen y Le Neve", continúa Hoffbrand.
"El capitán del SS Montrose respondió por radiotransmisor diciendo que sospechaba que la pareja iba en su barco. Como resultado, el detective a cargo del caso se fue en otro barco, más rápido, y arrestó a la pareja en Quebec".
Crippin fue ahorcado en la prisión de Pentonville, en Londres, en noviembre de 1910.
2. El sitio del restaurante Spaghetti House
Con sombrero de ala ancha y pasamontañas rojo, un pistolero llegó con otros dos complices al restaurante Spaghetti House en Knightsbridge, Londres.
Su intención era sencilla: robar.
Pero las cosas no salieron como lo habían planeado y terminaron tomando a seis personas como rehenes.
El duelo con la policía duró seis días pero finalmente terminó de pacíficamente.
Lo significativo de este caso, que ocurrió en 1975, es que los detectives utilizaron una cámara de fibra óptica en miniatura para observar a los pistoleros en el sótano en el que estaban refugiados.
También trabajaron con un psiquiatra para "aconsejar sobre el estado mental de los secuestradores y cómo debilitarlos", explica Hoffbrand.
Los tres secuestradores fueron condenados a entre 17 y 22 años.
3. Asesinato con papel matamoscas
"A finales del siglo XIX y principios del XX, el conocido como papel matamoscas (un papel pegajoso que atraer y matar a estos insectos) no era tan pegajoso como hoy en día", señala Julia Hoffbrand.
"La gente iba a la farmacia y compraba hojas de este papel impregnado con arsénico".
El papel luego se sumergía en agua, con un poco de azúcar para atraer a las moscas.
Esta imagen que sigue fue una prueba en un caso de asesinato en 1912 que involucró a Frederick y Margaret Seddon de Tollington Park, en el norte de Londres.
Fueron acusados de asesinar a su inquilino Eliza Barrow extrayendo arsénico de los papeles que estaban en su habitación y luego suministrándoselo en su brandy y tónicas medicinales.
Hofffrand dice que las circunstancias eran sospechosas, porque Eliza Barrow había puesto en manos de Frederick Seddon todas sus finanzas y él era el único ejecutor de su testamento.
Seddon preparó un funeral muy modesto para ella, aunque tenían sitio en la cámara familiar.
Seddon fue declarado culpable y colgado en abril de 1912. Su esposa Margaret fue absuelta.
4. El ahorcamiento de Ruth Ellis
En julio de 1955, Ruth Ellis se convirtió en la última mujer ejecutada por ahorcamiento en Reino Unido.
Ellis matado a su amante David Blakely, disparándole con su pistola Smith y Wesson, en la entrada del pub Magdala, en Hampstead (Londres).
Jackie Keily, del Museo de Londres, dice que la pareja mantenía una relación violenta, y "ella admitió en los tribunales que su intención era matarlo".
"Hoy en día las estrategias de defensa son más matizadas", continúa Keily.
La Ley de Homicidios, de 1957, introdujo en la legislación inglesa la capacidad de argumentar por atenuantes de responsabilidad.
"Pero esto no era una posibilidad en aquel momento".
5. Los asesinatos de niños
Este es un boceto de un prolífico artista de tribunales, William Hartley, empleado por varios diarios a finales del siglo XIX y principios del XX.
En esta ocasión, estaba en la corte presenciando el caso contra Amelia Sach y Annie Walters, dos mujeres que acabaron siendo conocidas como las "baby farmers" de Finchley.
En la época Victoriana, las "baby farmers" (cuya traducción es algo así como granjeras de bebés) eran mujeres que cuidaban a niños no deseados a cambio de dinero.
"Pero con frecuencia mataban al niño y seguían recibiendo el dinero. O inventaban excusas cuando la gente les preguntaba para justificar por qué los niños habían desaparecido".
Sach y Walters fueron ahorcadas en febrero de 1903, en el que fue el único doble ahorcamiento de mujeres de la modernidad en Inglaterra.
6. Los Kray y la conexión James Bond
Los poderosos, violentos y temidos gemelos Kray, Ronnie y Reggie, fueron conocidos líderes de bandas en los años 60 en Londres.
Este objeto, mostrado en la corte en Bow Street en julio de 1968, parece algo sacado de una novela de espías.
Dentro del maletín de cuero hay una aguja hipodérmica, una botella de cianuro y un muelle.
Jackie Keily explica que la idea era que lo utilizara un empleado de un socio de los Kray, para eliminar a un testigo en un caso judicial.
Pero nunca se usó.
Cuando ésta y otras pruebas fueron mostradas al juez, Reggie Kray preguntó: ¿Va a declarar James Bond en este caso?
Ambos hermanos fueron condenados a muerte.
7. Tortura a manos de la banda de los Richardson
Mientras que los Kray dominaban el crimen organizado al norte del Támesis en la década de 1960, los menos conocidos hermanos Richardson trabajaban al sur del río.
Y tenían predilección por la tortura.
Jackie Keily dice que este generador de energía portátil a cuerda estaba pensado para probar circuitos eléctricos, pero los Richardson lo utilizaron para infligir shocks eléctricos enganchando cables a distintas partes del cuerpo.
En el llamado "Juicio de la tortura", en 1967, Charlie Richardson fue condenado a 25 años de cárcel, y a su hermano Eddie le añadieron 10 años a la condena que ya estaba cumpliendo.
9. "Colgados por un microscopio"
Esta máscara fue presentada como prueba en el caso contra dos ladrones de autos (Frederick Browne y William Kennedy), acusados de matar a un policía de Essex, George Gutteridge, en 1927.
La pareja robó el auto de un médico una noche.
A la mañana siguiente, temprano, el cuerpo de Gutteridge fue encontrado en una cuneta. Le habían disparado cuatro veces.
El auto fue encontrado en el sur de Londres. Dentro había un cartucho de balas vacío.
Un experto del ministerio del Interior le mostró a la corte, utilizando tecnología microscópica, que el cartucho vacío pertenecía a una pistola que se encontró posteriormente en el garaje de Frederick Browne, en Battersey, un barrio de Londres.
Julia Hoffbrand dice que el caso fue significativo "porque superó los límites de la utilización de pruebas balísticas, vinculando una pistola específica con un crimen".
Brown y Kennedy fueron ambos colgados en 1928.
"Colgados por un microscopio", decían los titulares de los diarios.
10. El músico ladrón de casas
El dueño de este violín, Charles Peace, era un músico consagrado, descrito en algunos círculos como el "Paganini moderno".
Pero tenía propensión por robar en casas.
"Le buscaban por asesinato en Sheffield", dice Julia Hoffbrand, "pero escapó a Londres y vivió con una identidad falsa".
Peace llevaba esta escalera plegable y la utilizaba para entrar por las ventanas del primer piso.
Fue descubierto con las manos en la masa en Blackheath y la policía descubrió su verdadera identidad.
Fue ahorcado tras ser condenado por asesinato en Leeds en 1879.