INTERNACIONAL, (BBC MUNDO).- Los colombianos se quejan porque llenar el
tanque del auto les sigue costando casi lo mismo que cuando el barril de
petróleo valía US$100. Y a los mexicanos les cuesta más.
No son los únicos en América Latina que se hacen esa reflexión. Pues pese a que los precios internacionales del crudo cayeron casi a la mitad en cuestión de meses, el valor que pagan los consumidores en buena parte de los países está mediado por un factor crucial: los impuestos y los subsidios.
En algunos países de la región, siendo el más notorio ejemplo Venezuela, el estado subsidia masivamente el uso del combustible, mientras que en otros le impone una fuerte carga tributaria.
Colombia se ha convertido en un importante productor de petróleo que extrae alrededor de 1 millón de barriles diarios de crudo. Y entre junio de 2014 y los primeros días de enero de este año el precio internacional del barril de crudo cayó desde US$106 a poco más de US$46, una caída de más del 50%.
Pero en ese mismo tiempo, el precio a los consumidores del galón de gasolina pasó de $8,568 pesos colombianos a $8,401 pesos colombianos, una disminución de apenas 1%.
Y es así que mientras en Estados Unidos, un consumidor paga en promedio alrededor de US$2.20 por galón, en Colombia tiene que desembolsar alrededor de US$3.50 por la misma cantidad de combustible.
Lo que equivale aproximadamente a US$0.90 por litro.
Aun así, el colombiano está lejos de ser el combustible más caro de la región.
A comienzos de enero, el precio de la gasolina en Argentina llegaba a US$1.31 por litro y superaba a US$1.66 en Uruguay, para citar apenas dos ejemplos.
Los mexicanos, entre tanto, enfrentan una situación incluso más paradójica en la que, pese a que los precios del crudo han venido en picada el último semestre, el monto que ellos pagan por llenar de combustible su automóvil estuvo en ascenso.
“Los precios de la gasolina en México nunca han sido determinados por el precio internacional del petróleo”, asegura a BBC Mundo Duncan Wood, jefe del Instituto de Mexico en el Woodrow Wilson Center, un centro de estudios en la capital estadounidense.
“Se han modificado de acuerdo a lo que el gobierno necesita en términos de ingreso y el monto que pueden subsidiar”, indica el experto.
En 2008, se aprobó una ley que establecía la eliminación gradual de los subsidios estatales al consumo de la gasolina.
Por eso, mediante una serie de llamados “gasolinazos”, el precio al consumidor fue subiendo mensualmente durante el segundo semestre de 2014 pese a que el precio global del petróleo caía fuertemente.
Hoy la mayoría de los mexicanos pagan precios por encima de lo que cuesta la gasolina apenas se cruza la frontera a Estados Unidos.
En diciembre de 2014 la gasolina llegaba a 0,91 centavos de dólar por litro y el primero de enero se declaró un nuevo aumento de 1.9%.
“No es probable que el gobierno mexicano baje los precios de gasolina a los niveles que sugeriría el precio internacional. Los mexicanos todavía pagan demasiado por la gasolina. Y eso se convertirá en un asunto sensible a los mexicanos, lo que probablemente llevará a algunas rebajas en los precios en los próximos meses, particularmente ya que se había prometido que la reforma energética aprobada recientemente llevaría a menores costos”, advierte Wood a BBC Mundo.
Ramses Pech, consultor en temas energéticos en México cree que los precios internos no se armonizarán con los internacionales antes de 2018, cuando entre en vigencia disposiciones de la reforma energética.
“En México tenemos un mercado que por 75 años ha sido un mercado cerrado dominado por el monopolio de Pemex”, advierte a BBC Mundo.
“Pagamos impuestos asociados a ineficiencias”, agrega.
Y, por supuesto, en el otro extremo del péndulo, está el conocido caso de Venezuela, donde el gobierno mantiene los generosos subsidios a la gasolina.
El precio al consumidor se mantiene casi inalterable en 0,070 bolívares el litro (equivalente a US$0,011 el litro usando la tasa más baja de 6,3 bolívares por dólar), el más barato en América Latina.
Pero no es el único país en donde se encuentran congelados hace años los precios a niveles sustancialmente menores a los que produciría el mercado.
También se mantiene así en Bolivia, donde un intento en 2010 del presidente Evo Morales por elevar los precios resultó en violentos disturbios.
En otros lados no escampa
Esto no quiere decir que América Latina sea la única región en el mundo donde los precios del combustible están fuertemente influidos por la intervención gubernamental.
Por el contrario, en muchas de las naciones europeas se aplican impuestos que encarecen de manera muy sustancial el precio que paga el público.
Estos impuestos alcanzan casi US$1.50 por litro en Noruega y US$1.25 en Alemania, según indica un estudio del académico Stefan Tscharaktschiew de la universidad alemana de Dresde.
La excepción más notoria a la tendencia es Estados Unidos, donde el impuesto al combustible en 2014 apenas llegaba en promedio a poco más de US$0.10 por litro, según el mismo estudio.
No son los únicos en América Latina que se hacen esa reflexión. Pues pese a que los precios internacionales del crudo cayeron casi a la mitad en cuestión de meses, el valor que pagan los consumidores en buena parte de los países está mediado por un factor crucial: los impuestos y los subsidios.
En algunos países de la región, siendo el más notorio ejemplo Venezuela, el estado subsidia masivamente el uso del combustible, mientras que en otros le impone una fuerte carga tributaria.
Colombia se ha convertido en un importante productor de petróleo que extrae alrededor de 1 millón de barriles diarios de crudo. Y entre junio de 2014 y los primeros días de enero de este año el precio internacional del barril de crudo cayó desde US$106 a poco más de US$46, una caída de más del 50%.
Pero en ese mismo tiempo, el precio a los consumidores del galón de gasolina pasó de $8,568 pesos colombianos a $8,401 pesos colombianos, una disminución de apenas 1%.
Y es así que mientras en Estados Unidos, un consumidor paga en promedio alrededor de US$2.20 por galón, en Colombia tiene que desembolsar alrededor de US$3.50 por la misma cantidad de combustible.
Lo que equivale aproximadamente a US$0.90 por litro.
Aun así, el colombiano está lejos de ser el combustible más caro de la región.
A comienzos de enero, el precio de la gasolina en Argentina llegaba a US$1.31 por litro y superaba a US$1.66 en Uruguay, para citar apenas dos ejemplos.
Los mexicanos, entre tanto, enfrentan una situación incluso más paradójica en la que, pese a que los precios del crudo han venido en picada el último semestre, el monto que ellos pagan por llenar de combustible su automóvil estuvo en ascenso.
“Los precios de la gasolina en México nunca han sido determinados por el precio internacional del petróleo”, asegura a BBC Mundo Duncan Wood, jefe del Instituto de Mexico en el Woodrow Wilson Center, un centro de estudios en la capital estadounidense.
“Se han modificado de acuerdo a lo que el gobierno necesita en términos de ingreso y el monto que pueden subsidiar”, indica el experto.
En 2008, se aprobó una ley que establecía la eliminación gradual de los subsidios estatales al consumo de la gasolina.
Por eso, mediante una serie de llamados “gasolinazos”, el precio al consumidor fue subiendo mensualmente durante el segundo semestre de 2014 pese a que el precio global del petróleo caía fuertemente.
Hoy la mayoría de los mexicanos pagan precios por encima de lo que cuesta la gasolina apenas se cruza la frontera a Estados Unidos.
En diciembre de 2014 la gasolina llegaba a 0,91 centavos de dólar por litro y el primero de enero se declaró un nuevo aumento de 1.9%.
“No es probable que el gobierno mexicano baje los precios de gasolina a los niveles que sugeriría el precio internacional. Los mexicanos todavía pagan demasiado por la gasolina. Y eso se convertirá en un asunto sensible a los mexicanos, lo que probablemente llevará a algunas rebajas en los precios en los próximos meses, particularmente ya que se había prometido que la reforma energética aprobada recientemente llevaría a menores costos”, advierte Wood a BBC Mundo.
Ramses Pech, consultor en temas energéticos en México cree que los precios internos no se armonizarán con los internacionales antes de 2018, cuando entre en vigencia disposiciones de la reforma energética.
“En México tenemos un mercado que por 75 años ha sido un mercado cerrado dominado por el monopolio de Pemex”, advierte a BBC Mundo.
“Pagamos impuestos asociados a ineficiencias”, agrega.
Y, por supuesto, en el otro extremo del péndulo, está el conocido caso de Venezuela, donde el gobierno mantiene los generosos subsidios a la gasolina.
El precio al consumidor se mantiene casi inalterable en 0,070 bolívares el litro (equivalente a US$0,011 el litro usando la tasa más baja de 6,3 bolívares por dólar), el más barato en América Latina.
Pero no es el único país en donde se encuentran congelados hace años los precios a niveles sustancialmente menores a los que produciría el mercado.
También se mantiene así en Bolivia, donde un intento en 2010 del presidente Evo Morales por elevar los precios resultó en violentos disturbios.
En otros lados no escampa
Esto no quiere decir que América Latina sea la única región en el mundo donde los precios del combustible están fuertemente influidos por la intervención gubernamental.
Por el contrario, en muchas de las naciones europeas se aplican impuestos que encarecen de manera muy sustancial el precio que paga el público.
Estos impuestos alcanzan casi US$1.50 por litro en Noruega y US$1.25 en Alemania, según indica un estudio del académico Stefan Tscharaktschiew de la universidad alemana de Dresde.
La excepción más notoria a la tendencia es Estados Unidos, donde el impuesto al combustible en 2014 apenas llegaba en promedio a poco más de US$0.10 por litro, según el mismo estudio.