“El más odiado”
Shkreli se ganó su apodo en 2015, después de comprar los derechos del Daraprim —un fármaco vital usado por pacientes con sida— y subir el precio en casi un 5.000%, desde los 13,5 dólares a los 750 dólares por pastilla.
Este no fue el único escándalo relacionado con el empresario, ya que en 2014 Shkreli adquirió los derechos de venta de un medicamento para niños y adultos que se usa para combatir la cistinuria y subió su precio.
El empresario causó una gran indignación tanto dentro de EE.UU. como en otros países, así como entre la comunidad médica y política. Incluso Donald Trump lo calificó de “mocoso mimado” durante la campaña electoral.
Sin embargo, esa mala fama nunca pareció preocuparle demasiado a Shkreli. De hecho, en unas transmisiones en vivo difundidas a través de YouTube se burlaba de las críticas y alardeaba de su riqueza, asegurando que superaba los 100 millones de dólares; e inclusó llamó “imbécil” a un periodista que le preguntó sobre la decisión de subir el precio de Daraprim. Eso fue lo mismo que dijo sobre los legisladores estadounidenses cuando dio testimonio en el Congreso el año pasado.
“El rostro de la codicia corporativa”
‘El empresario más odiado de EE.UU.’ fue detenido en 2015, aunque no por el escándalo de los precios, sino por un fraude en varias de sus compañías. En concreto, Shkreli es sospechoso de malversación de unos 11 millones de dólares entre 2009 y 2014 mediante un esquema de pirámide fraudulento.
El juicio comenzó este lunes en Nueva York con un proceso de selección de jurado en el que fueron rechazados 130 candidatos en un solo día y que se prolongó hasta la tarde del miércoles, porque el juez trataba de encontrar a jurados capaces de obviar la fama negativa de Shkreli.
Los candidatos rechazados describían al farmacéutico como “el rostro de la codicia corporativa” y “serpiente”, mientras que uno de ellos explicó que, en este caso en particular, “lo único en que sería imparcial es la prisión a la que va”.
“¿Es extraño? Sí. ¿Lo encontrarás raro? Sí”, declaró el miércoles en el juicio el abogado de Shkreli Benjamin Brafman. “Sin embargo, [sus inversionistas] usaron su genio y ganaron millones”, agregó el defensor para concluir que “pese a sus defectos y personalidad disfuncional, Martin Shkreli es brillante más allá de las palabras”.
De otra forma muy diferente lo caracterizó a Shkreli el asistente del fiscal estadounidense, Karthik Srinivasan, que lo acusó de construir un falso imperio de fondos de cobertura diciendo “mentiras sobre mentiras sobre mentiras”. Aunque se retrató a sí mismo como un mago de Wall Street, en realidad “solo era un estafador”, sentenció el fiscal.
Se espera que el juicio dure aproximadamente un mes. De ser encontrado culpable, Shkreli podría ser condenado a hasta 20 años de cárcel.
Shkreli se ganó su apodo en 2015, después de comprar los derechos del Daraprim —un fármaco vital usado por pacientes con sida— y subir el precio en casi un 5.000%, desde los 13,5 dólares a los 750 dólares por pastilla.
Este no fue el único escándalo relacionado con el empresario, ya que en 2014 Shkreli adquirió los derechos de venta de un medicamento para niños y adultos que se usa para combatir la cistinuria y subió su precio.
El empresario causó una gran indignación tanto dentro de EE.UU. como en otros países, así como entre la comunidad médica y política. Incluso Donald Trump lo calificó de “mocoso mimado” durante la campaña electoral.
Sin embargo, esa mala fama nunca pareció preocuparle demasiado a Shkreli. De hecho, en unas transmisiones en vivo difundidas a través de YouTube se burlaba de las críticas y alardeaba de su riqueza, asegurando que superaba los 100 millones de dólares; e inclusó llamó “imbécil” a un periodista que le preguntó sobre la decisión de subir el precio de Daraprim. Eso fue lo mismo que dijo sobre los legisladores estadounidenses cuando dio testimonio en el Congreso el año pasado.
“El rostro de la codicia corporativa”
‘El empresario más odiado de EE.UU.’ fue detenido en 2015, aunque no por el escándalo de los precios, sino por un fraude en varias de sus compañías. En concreto, Shkreli es sospechoso de malversación de unos 11 millones de dólares entre 2009 y 2014 mediante un esquema de pirámide fraudulento.
El juicio comenzó este lunes en Nueva York con un proceso de selección de jurado en el que fueron rechazados 130 candidatos en un solo día y que se prolongó hasta la tarde del miércoles, porque el juez trataba de encontrar a jurados capaces de obviar la fama negativa de Shkreli.
Los candidatos rechazados describían al farmacéutico como “el rostro de la codicia corporativa” y “serpiente”, mientras que uno de ellos explicó que, en este caso en particular, “lo único en que sería imparcial es la prisión a la que va”.
“¿Es extraño? Sí. ¿Lo encontrarás raro? Sí”, declaró el miércoles en el juicio el abogado de Shkreli Benjamin Brafman. “Sin embargo, [sus inversionistas] usaron su genio y ganaron millones”, agregó el defensor para concluir que “pese a sus defectos y personalidad disfuncional, Martin Shkreli es brillante más allá de las palabras”.
De otra forma muy diferente lo caracterizó a Shkreli el asistente del fiscal estadounidense, Karthik Srinivasan, que lo acusó de construir un falso imperio de fondos de cobertura diciendo “mentiras sobre mentiras sobre mentiras”. Aunque se retrató a sí mismo como un mago de Wall Street, en realidad “solo era un estafador”, sentenció el fiscal.
Se espera que el juicio dure aproximadamente un mes. De ser encontrado culpable, Shkreli podría ser condenado a hasta 20 años de cárcel.