El retorno de Quirino Ernesto Paulino Castillo, y como él, varios de sus socios
y otros condenados en los Estados Unidos después de cumplir penas, permite
plantear nueva vez cómo el sistema judicial norteamericano impacta la vida
dominicana. Especialmente las de algunos jóvenes sin un futuro seguro que ven
cómo una persona, que ha cometido graves crímenes, mediante una negociación
puede salir “limpiecita”, retornar a su país de origen, con una copiosa fortuna
y establecerse desde una posición de poder.
Ese tipo de historia puede
llevar a cualquier muchacho a la conclusión de que tiene sentido aventurarse por
el mundo del crimen. Correr grandes riesgos con “grandes oportunidades”. En el
ínterin amasan bienes, disfrutan... pueden ser arrestados. Si son requeridos por
las autoridades norteamericanas optan voluntariamente por la extradición y
vuelven ricos.
Con una negociación con las autoridades judiciales
norteamericanas reciben una sentencia conveniente, retornan, no necesariamente
con fanfarria, como Quirino, y se reinsertan en la sociedad. “¡Un
éxito!”
Algunos, como Don Quirino, podrían hasta incursionar en la
política. No son pocos ni dos los agradecidos pobladores de Comendador que
confiesan su amor por el ex convicto narcotraficante.
Muchachos sin
perspectivas ¿no podrían verse alentados a seguir la ruta Quirino, que ahora
llega bajo un halo propiciatorio que le decreta una legión de seguidores? Un
agente del mal convertido en héroe. Una sociedad extraviada por la manipulación
y la política de baja estofa.
Hasta ahora, la vía más expedita, la más
fácil para la justicia dominicana, ha sido dejarle al todopoderoso Estado
norteamericano los casos grandes de narcotráfico. Si bien es facultad de los
jueces de la Suprema Corte de Justicia decidir las extradiciones, en la práctica
se ha convertido en mero protocolo que no dista mucho del procedimiento anterior
a 1969, cuando decidía administrativamente el Poder Ejecutivo a través del
Procurador.
Pero la vía transaccional a que recurre Estados Unidos con
los criminales a cambio de información de “mayor valor” provoca graves daños en
la sociedad dominicana, especialmente entre jóvenes, que pueden concluir como
hemos dicho: el narcotráfico es viable en gran escala, con posibilidad de
terminar