WASHINGTON.- La muerte de un joven negro, quien presuntamente estaba
armado, tras varios disparos de un policía en Berkeley (Misuri), localidad
cercana a Ferguson, escenario de violentas protestas raciales en los últimos
meses, causó este miércoles de nuevo tensiones en Estados Unidos.
El joven, de 18 años, identificado como Antonio Martin, murió la pasada noche
por disparos de un policía blanco en una gasolinera de Berkeley, situada a unos
8 kilómetros de Ferguson, donde la muerte en agosto de otro joven afroamericano,
quien no iba armado, por disparos de un policía blanco desató una oleada de
protestas en el país.
El alcalde de Berkeley, Theodore Hoskins, anunció una investigación para aclarar lo sucedido, a tiempo que enfatizo que este caso no es comparable con el sucedido en Ferguson y pidió evitar “sacar conclusiones precipitadas” que puedan provocar más disturbios como los que se han sucedido en los últimos meses.
Hoskins señaló que Berkeley es una ciudad en la que el 85 por ciento de la población es afroamericana pero la mayoría de sus funcionarios también lo son, a diferencia de lo que sucede en Ferguson.
“El alcalde es negro”, enfatizó, también lo es el jefe del departamento de Policía, por lo que aseguró que hay una sensibilidad diferente hacia la población.
“Nuestra experiencia es diferente que en la ciudad de Ferguson”, afirmó, al tiempo que hizo un llamamiento a los ciudadanos a respetar la propiedad privada.
El tiroteo provocó un par de horas de tensión en las inmediaciones de la gasolinera, adonde acudieron a protestar unas doscientas personas, según medios locales, que se enfrentaron a la Policía y lanzaron material pirotécnico.
Los enfrentamientos acabaron al amanecer con un saldo de cuatro detenidos y dos policías heridos.
Según la versión policial, el agente estaba realizando una patrulla rutinaria cuando se detuvo en la gasolinera Mobile Gas, bajó del vehículo y se aproximó a dos individuos, uno de los cuales le apuntó con un arma.
“Temiendo por su vida, el oficial realizó varios disparos contra el sujeto y le hirió mortalmente”, indicó en un comunicado el departamento de Policía del Condado de St. Louis, que indicó que la otra persona huyó.
Las cámaras de la gasolinera recogieron el suceso y la Policía ha recuperado en el lugar el arma con el que Martin supuestamente apuntó al agente, aunque aparentemente no llegó a realizar disparo alguno.
El jefe del departamento de policía del Condado de St. Louis, Jon Belmar, que indicó que también realizarán una investigación, dijo entender las “emociones” que ha causado el suceso, pero destacó la presencia del arma como una amenaza para la vida del agente.
Belmar indicó que el policía, que no identificó por su nombre, tiene 34 años, con seis de experiencia en la institución.
En cuanto al fallecido, señaló que tenía antecedentes y había sido arrestado por robo a mano armada.
El padre del joven, Jerome Green, señaló a la cadena CNN que su hijo dijo que iba a salir para reunirse con su novia y no mencionó que fuera a ver a ninguna otra personas. “Se suponía que iba a volver a casa”, lamentó.
El gobernador de Misuri, Jay Nixon, que fue criticado el pasado verano por su gestión de la crisis de Ferguson tras la muerte del joven Michael Brown, indicó en un comunicado que lo sucedido en Berkeley “recuerda que los agentes desempeñan un trabajo difícil y, a veces peligroso, protegiendo a los ciudadanos y a sí mismos”.
Las protestas en Ferguson se avivaron el mes pasado después de que un jurado decidiera no imputar al policía Darren Wilson por la muerte de Brown, que desató la indignación de la comunidad afroamericana por la respuesta desproporcionada contra el joven que, según testigos, tenía las manos en alto en señal de rendición.
La indignación se ha extendido a otras partes del país, donde se han dado casos similares, como en Nueva York, donde otro afroamericano, Eric Garner, vendedor ambulante, murió por una llave no autorizada que le aplicó un policía cuando intentaba detenerlo, mientras gritaba desesperado que no podía respirar y un gran jurado rechazó este mes acusar formalmente al agente.
El ambiente se crispó aún más el pasado fin de semana cuando un afroamericano de 28 años, que había anticipado en las redes sociales que pensaba cometer un ataque en venganza por la muerte de Garner y Brown, mató a tiros a dos agentes de policía en Nueva York.
El alcalde de Berkeley, Theodore Hoskins, anunció una investigación para aclarar lo sucedido, a tiempo que enfatizo que este caso no es comparable con el sucedido en Ferguson y pidió evitar “sacar conclusiones precipitadas” que puedan provocar más disturbios como los que se han sucedido en los últimos meses.
Hoskins señaló que Berkeley es una ciudad en la que el 85 por ciento de la población es afroamericana pero la mayoría de sus funcionarios también lo son, a diferencia de lo que sucede en Ferguson.
“El alcalde es negro”, enfatizó, también lo es el jefe del departamento de Policía, por lo que aseguró que hay una sensibilidad diferente hacia la población.
“Nuestra experiencia es diferente que en la ciudad de Ferguson”, afirmó, al tiempo que hizo un llamamiento a los ciudadanos a respetar la propiedad privada.
El tiroteo provocó un par de horas de tensión en las inmediaciones de la gasolinera, adonde acudieron a protestar unas doscientas personas, según medios locales, que se enfrentaron a la Policía y lanzaron material pirotécnico.
Los enfrentamientos acabaron al amanecer con un saldo de cuatro detenidos y dos policías heridos.
Según la versión policial, el agente estaba realizando una patrulla rutinaria cuando se detuvo en la gasolinera Mobile Gas, bajó del vehículo y se aproximó a dos individuos, uno de los cuales le apuntó con un arma.
“Temiendo por su vida, el oficial realizó varios disparos contra el sujeto y le hirió mortalmente”, indicó en un comunicado el departamento de Policía del Condado de St. Louis, que indicó que la otra persona huyó.
Las cámaras de la gasolinera recogieron el suceso y la Policía ha recuperado en el lugar el arma con el que Martin supuestamente apuntó al agente, aunque aparentemente no llegó a realizar disparo alguno.
El jefe del departamento de policía del Condado de St. Louis, Jon Belmar, que indicó que también realizarán una investigación, dijo entender las “emociones” que ha causado el suceso, pero destacó la presencia del arma como una amenaza para la vida del agente.
Belmar indicó que el policía, que no identificó por su nombre, tiene 34 años, con seis de experiencia en la institución.
En cuanto al fallecido, señaló que tenía antecedentes y había sido arrestado por robo a mano armada.
El padre del joven, Jerome Green, señaló a la cadena CNN que su hijo dijo que iba a salir para reunirse con su novia y no mencionó que fuera a ver a ninguna otra personas. “Se suponía que iba a volver a casa”, lamentó.
El gobernador de Misuri, Jay Nixon, que fue criticado el pasado verano por su gestión de la crisis de Ferguson tras la muerte del joven Michael Brown, indicó en un comunicado que lo sucedido en Berkeley “recuerda que los agentes desempeñan un trabajo difícil y, a veces peligroso, protegiendo a los ciudadanos y a sí mismos”.
Las protestas en Ferguson se avivaron el mes pasado después de que un jurado decidiera no imputar al policía Darren Wilson por la muerte de Brown, que desató la indignación de la comunidad afroamericana por la respuesta desproporcionada contra el joven que, según testigos, tenía las manos en alto en señal de rendición.
La indignación se ha extendido a otras partes del país, donde se han dado casos similares, como en Nueva York, donde otro afroamericano, Eric Garner, vendedor ambulante, murió por una llave no autorizada que le aplicó un policía cuando intentaba detenerlo, mientras gritaba desesperado que no podía respirar y un gran jurado rechazó este mes acusar formalmente al agente.
El ambiente se crispó aún más el pasado fin de semana cuando un afroamericano de 28 años, que había anticipado en las redes sociales que pensaba cometer un ataque en venganza por la muerte de Garner y Brown, mató a tiros a dos agentes de policía en Nueva York.