Humillado y sin ideas, los Halcones Marinos de Seattle apostaron a la épica para dar vuelta un partido que tuvieron prácticamente perdido sin remedio en la final de la Conferencia Nacional del fútbol americano de Estados Unidos.
Los actuales campeones perdían 16-0 en el tercer cuarto cuando, en una jugada de ingenio, engañaron a la defensa de los Empacadores de Green Bay y a todos los aficionados,para comenzar una remontada histórica.
Con toda la formación dispuesta para anotar un gol de campo, los Halcones Marinos decidieron en cambio jugar el balón para conseguir un touchdown que no sólo los acercó en el marcador, sino que generó dudas en la defensa rival.
Al final Seattle ganó en tiempo extra 28-22 y defenderá su título en el Súper Tazón de Arizona del próximo 1 de febrero frente a los Patriotas de Nueva Inglaterra, que vencieron cómodamente a los Potros de Indianápolis 45-7.
La hazaña de los Halcones Marinos revivió otras remontadas en el deporte en los que un equipo o una persona se levantaron de la lona para alcanzar la gloria. Algunas veces de manera literal.
BBC Mundo te recuerda cinco de las más destacadas.
LOS MILAGROS DE ESTAMBÚL Y BERNA, fútbol
En el fútbol son numerosos los casos de remontadas que han quedado registradas en la historia. Pero vamos a destacar dos partidos: uno en el ámbito de clubes y otro de selecciones.
En el primer caso se podría mencionar el triunfo 2-1 de Manchester United sobre Bayern de Múnich en la final de la Liga de Campeones de 1999, con los dos goles anotados en tiempo de descuento, o los triunfos logrados por Real Madrid con el "Espíritu de Juanito" en los años 80 o 90.
Pero lo que sucedió el 25 de mayo de 2005 superó cualquier razonamiento de la lógica del fútbol.
El AC Milan italiano dominaba a placer una primera parte en la que consiguió tres goles para desdibujar al Liverpool de la cancha.
Pero, impulsados por una afición que no dejó de alentar en el entretiempo, los "rojos" de Inglaterra anotaron tres goles en seis minutos en la segunda parte para nivelar el marcador y forzar el tiempo suplementario y la definición por penales.
Allí aparecieron las manos del polaco Jerzy Dudek para darle la victoria a Liverpool y poner punto final al "Milagro de Estambul".
Casi medio siglo antes sucedió algo similar en Berna, Suiza.
La selección alemana se citó en la final contra el todopoderoso equipo húngaro de Ferenc Puskas, Zoltan Czibor y Sandor Kocsis.
Hungría venía de ser el primer país en derrotar a Inglaterra en el estadio de Wembley de Londres con una impactante actuación (ganó 6-3) y durante el mundial de 1954 llegó a la final tras darse un paseo por la fase de grupos y dejar en el camino a Brasil y Uruguay, las potencias sudamericanas.
En el partido decisivo, Hungría se adelantó en el marcador con goles en los minuto 6 y 8, lo que hacía presagiar una fácil victoria.
Pero no fue así. Alemania, que había perdido frente a los húngaros 8-3 en la primera ronda, descontó rápidamente e igualó el partido en el minuto 18.
En el minuto 84 se completó la remontada con el segundo gol de Helmut Rahn para incredulidad de los espectadores en las gradas.
El MALEFICIO DEL BAMBINO, béisbol
Ocurrió en 2004 en la serie por el campeonato de la Liga Americana del béisbol estadounidense.
Los Yankees de Nueva York y los Medias Rojas de Boston buscaban el pase a la Serie Mundial por segundo año consecutivo, tras el cómodo triunfo de la novena del Bronx el año anterior.
Los Yankees ganaron tres partidos consecutivos y quedaron a uno de barrer en la serie y prolongar el "maleficio del Bambino", la maldición que según la leyenda popular privó a los Medias Rojas de ganar un título en 86 años.
El maleficio surgió tras la venta del legendario Babe "el Bambino" Ruth de los Medias Rojas a los Yankees en 1919. A partir de ese año los Medias Rojas pasaron de ser uno de los equipos más exitosos de las Grandes Ligas a vivir una sequía que se extendió por más de ocho décadas.
Pero Boston remontó la serie frente a los Yankees -la primera vez que un equipo da vuelta un déficit de tres juegos- y después barrió a los Cardenales de San Luis para conseguir el tan esperado anillo de campeones.
JUAN MANUEL FANGIO, Fórmula 1
El argentino Juan Manuel Fangio protagonizó en el circuito de Nürburgring Nordschleife, en Alemania, la que para muchos ha sido la mejor carrera en la historia de la categoría.
El "Chueco de Balcarce" llegó a la prueba con 12 puntos de ventaja en el campeonato y una victoria en el legendario circuito le garantizaría su quinto título mundial.
Sin embargo, tras conseguir el primer puesto de la clasificación, Fangio se vio obligado a planificar una parada en los garajes para cambiar neumáticos debido a la poca durabilidad de los Pirelli que portaban los autos de la escudería Maserati del argentino.
La detención no fue buena y Fangio, que iba primero al momento de parar, regresó a la pista a 50 segundos de los Ferrari de Mike Hawthorn y Peter Collins, a diez vueltas del final.
Lo que vino después fue de antología. El argentino rebajó el récord de la pista del circuito de 22,8 kilómetros nueve veces y en el penúltimo giro adelantó a los dos pilotos de Ferrari para conseguir la victoria y el título, el último de su carrera.
CORRALES vs. CASTILLO, boxeo
La primera pelea entre el estadounidense Diego Corrales y el mexicano José Luis Castillo es recordada por muchas razones como una de las mejores de la historia.
Frente a frente para unificar el título ligero, ambos peleadores se enfrascaron en un feroz intercambio de golpes desde el primer asalto.
En el décimo y último, Castillo envió dos veces a la lona a su rival, que pareció perdido ante el castigo recibido.
Sin embargo, tras una polémica acción en la que escupió dos veces el protector de boca y fue sancionado con un punto, Corrales fue capaz de conectar un golpe que desestabilizó a Castillo y lo puso contra la cuerdas.
El estadounidense recuperó las fuerzas necesarias para lanzar un ataque final que obligó al árbitro a parar el combate.
EL ORÁCULO DE EE.UU., vela
La edición 2013 de la Copa América fue la más larga en cuanto a número de días y regatas de la historia, y para muchos la más emocionante.
El duelo fue entre el campeón defensor, el Oracle de EE.UU., y el retador neozelandés Emirates Team.
Antes de comenzar la prueba, la tripulación estadounidense fue penalizada con dos puntos por irregularidades durante los entrenamientos, por lo que el favoritismo pasó a estar del lado del equipo de Nueva Zelanda.
El Emirates Team fue imponiéndose regata tras regata hasta alcanzar una ventaja de 8-1, a una victoria del triunfo final.
Pero a partir de ese momento el viento cambió de rumbo y el Oracle comenzó a remontar comandado del multicampeón olímpico británico Ben Ainslie.
