La mala noticia es que se trata de la grasa más perjudicial asociada con la aparición y desarrollo de enfermedades como la diabetes, hipertensión y cáncer. La buena es que la grasa visceral, que envuelve los órganos internos como el hígado, el páncreas y los riñones, es también la primera que se elimina con el ejercicio, a diferencia de la subcutánea que tarda más en desaparecer. Ver más.-