Una mujer (que no es la de la foto) con trastorno de personalidad múltiple y más de 10 identidades diferentes, que puede ver cuando adopta una de ellas, ayudó a comprender mejor como el cerebro puede controlar el flujo de información visual.
Tenía 33 años cuando visitó por primera vez la clínica psiquiátrica del doctor alemán Bruno Waldvogel, acompañada de su perro lazarillo como acostumbraba desde hacía más de 10.
Había perdido la visión por completo, hacía concretamente 13 años, tras sufrir un accidente traumático del que los médicos no quieren dar detalles. Ver más
Tenía 33 años cuando visitó por primera vez la clínica psiquiátrica del doctor alemán Bruno Waldvogel, acompañada de su perro lazarillo como acostumbraba desde hacía más de 10.
Había perdido la visión por completo, hacía concretamente 13 años, tras sufrir un accidente traumático del que los médicos no quieren dar detalles. Ver más