Todos saben cuál es el aspecto de Jesús. Es la figura más retratada del arte occidental. En todo sitio se le reconoce como alguien de cabello largo y barba, que viste una túnica larga con mangas largas, a menudo blanca, y un manto, a menudo azul. Jesús es tan familiar que su rostro puede ser reconocido en panqueques o hasta tostadas. ¿Pero realmente se veía así? Probablemente no. Ver más