Convertir la cena de Navidad en un festival para los sentidos no es sólo cuestión de invertir en los mejores ingredientes y de elegir un menú de calidad.
Escoger la música adecuada, unos cubiertos en particular o una vajilla del color apropiado puede tener un efecto inusitado sobre la comida y, por lo tanto, los comensales.
Así lo asegura Charles Spence, profesor de psicología experimental en la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
El experto estudia cómo los sentidos interactúan en la manera en la que percibimos los sabores de los alimentos, entre otras cuestiones.
Así, su línea de investigación científica se centra en los efectos concretos de la compañía, la forma de presentar los alimentos, el color, el peso y la textura de los utensilios y el sonido ambiente.