Es una historia increíble, digna de formar parte de una telenovela sudamericana, colombiana para ser más precisos. Dos pares de gemelos que fueron intercambiados al nacer en 1988 se reencontraron por una mezcla de azar y curiosidad a los 24 años, en 2013. Una amiga de la oficina de uno de ellos, de Jorge Enrique Bernal Castro, fue de compras a la carnicería en la que estaba trabajando William Cañas Velasco. Allí descubrió el parecido –no, la definitiva igualdad de rasgos– de ambos: flacos, de cara huesuda, boca pequeña y sonrisa pícara. Ver más